Femenina


A lo largo de lo que ahora con la conciencia de los años puedo decir que es mi corta vida, me he considerado irreverente, revolucionaria, de esas mujeres que no se conforman con el papel que le dijeron que como mujer tenía que interpretar, ( y tal vez no lo sea tanto, pero por venir de donde vengo, tal vez un poco si) y después de bastantes luchas internas me di cuenta que si bien no iba a cambiar el mundo, por lo menos intentaría cambiar mi mundo, mi mundo personal,  tal vez de alguna forma, así,  siendo yo, "rebelde", estaría abriendo camino a las  nuevas generaciones, tal vez, sólo tal vez, pueda ampliar panoramas en mi circulo social más próximo o quizá el impacto sea más poderoso, como el aleteo de las mariposas que produce tsunamis en el otro lado del continente.

He renegado, por tener que ir contracorriente, por tener que luchar y demostrar lo doble que tienen que demostrar lo hombres, si, sé que lo que digo sonará poco grato para algunos, exagerado para otros y feminazi incluso para uno que otro, sin embargo afrontémoslo, nos falta un buen tramo para recorrer, hasta que al fin nuestros derechos como ciudadanos y como profesionales sean iguales a los de un hombre, para que nos traten con el mismo respeto en un trabajo y en la calle, para que nos paguen lo mismo que a nuestros colegas que por el simple hecho de ser varones en muchas ocasiones reciben más ingresos, habrá revuelo por lo que acabo de mencionar y aunque queramos decir que hay equidad de género y varios de esos términos que suenan maravillosamente hermosos, la verdad es que no, en los colmos más absurdos he observado con tristeza que incluso hay varias mujeres muy machistas por ahí.

Sin embargo, con gran asombro, gusto, satisfacción y emoción (si, con estos cuatro adjetivos) últimamente me he dado cuenta que no estoy sola, (si, no estamos solas, querida lectora) que no soy, ni he sido la única y que probablemente no seré la última, tras de mí y antes de mí, hay muchas mujeres que desde sus trincheras, desde sus épocas han sabido romper moldes, romper pre concepciones y ampliar el campo de visión de no sólo una, sino de las varias generaciones que las preceden, mujeres aguerridas con la capacidad de luchar por sus ideales, y con la capacidad de ser "egoístas" en la búsqueda de su propia felicidad, desarrollándose, expandiéndose y floreciendo en los terrenos más escabrosos que pudiésemos imaginar, en espacios estrechos, con pensamientos más estrechos aún, en todos los tiempos y en épocas;  estás mujeres no portan, necesariamente ropas ostentosas o mejor aun trajes de súper heroínas, no van por la vida mostrando su majestuosidad o su valentía, han sabido actuar desde el anonimato, haciendo las cosas con sencillez, estás mujeres no hacen aspavientos por sus logros y sus luchas y me pregunto si no es necesario hacerlo, "cacarear el huevo" como me dijo mi prima, para inspirar más, para contagiar, para motivar, para llegar a más mujeres, para de una vez por todas quebrar más estereotipos y mover las aguas.

¡Mujeres! descubrámonos mágicas y realistas, inteligentes y sentimentales, hogareñas y profesionistas, dulces y con carácter,  descubrámonos poderosas y delicadas, tradicionales y revolucionarias, pero sobre todo y ante todo, descubrámonos hermanas.


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